10 Sep La música y los niños.
Desde siempre la música ha sido parte del ser humano. Es normal que muchos padres busquen que sus niños estudien música, como complemento a su educación. Y también para presentarlos, orgullosos, en las tenidas musicales de la familia.
Pero desde hace algunos años, la música tiene otro atractivo para los científicos. Y es el de comprobar el efecto que ejerce en los niños.
¿Y cuál es el efecto que ejerce la música en los niños?
En 1991 el dr. Alfred Tomatis, creador del Método Tomatis, publicó su libro Pourquoi Mozart. En el mismo, Tomatis afirma que la música de Mozart podía curar casos de depresión.
Pero en 1993 la psicóloga Frances Rauscher realizó un impactante experimento. Seleccionó tres grupos de 36 alumnos cada uno. Al primer grupo le pidió que escuchar atentamente la Sonata para dos pianos KV 448/375a, de W. A. Mozart. El segundo grupo recibió instrucciones de relajación. El tercer grupo permaneció en silencio. El experimento duró 10 minutos. Posteriormente los grupos desarrollaron una serie de tareas que incluyeron pruebas de razonamiento y motricidad fina. El resultado arrojó que los alumnos que escucharon a Mozart obtuvieron notas más altas que los demás grupos. Había nacido el Efecto Mozart.
No es solo Mozart.
En general y especial, la música clásica trae muy buenos beneficios a los niños. No sólo escucharla. Estudiar un instrumento desarrolla en los niños capacidades como la memoria, concentración, atención y creatividad.
La dra, Pilar Dies-Suárez sostiene que «experimentar la música a una edad temprana puede contribuir a un mejor desarrollo del cerebro, mediante la estimulación de sus vías neuronales». La jefe de radiología del Hospital Infantil Federico Gómez de México, dirigió el estudio efectuado a 23 niños, entre cinco y seis años, quienes durante nueve meses recibieron clases de música. La información ampliada se puede leer en el artículo publicado en 2016 por la Radiological Society of North América
El mejor efecto de la música
Desde mi propia experiencia, estudiar música ha sido la mejor decisión que tomaron mis padres por mí en mi infancia. No solo me introdujo a un mundo maravilloso, lleno de melodías, ritmos, armonías, sino también me ha ayudado a desarrollar mi sensibilidad humana y espiritual. Eso me ha permitido vivir con intensidad, y en especial, ser feliz.
Porque la realidad es que los niños que estudian un instrumento, cantan o bailan, son mucho más felices. Y ese es el mejor efecto de la música en ellos.
Pianista, madre, abuela y emprendedora. Estudié música en mi ciudad natal, y egresé del Conservatorio de Música Vicente Emilio Sojo con el título de Profesora Ejecutante de Piano. A lo largo de mi vida me he desempeñado como profesora de piano en el CMVES, como pianista de la Orquesta Sinfónica de Lara y posteriormente de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela. En los últimos dos años, de la mano de los amigos de Gorbrit Social Media, me he estado preparando en el mundo del diseño web y desarrollo de redes sociales.
Actualmente vivo entre mi familia, la Cátedra Entrenamiento Orquestal para Piano, mis clases en el colegio Emil Friedman y la dirección editorial de la revista online VisBlog Magazine.
Sheila Vargas Rojas
Posted at 22:59h, 10 septiembreYo escribí alguna ve un post del efecto Mozart
. El experimento no resultó al final determinante con la música de Mozart en sí, pero es obvio que si amas algo, tu desempeño va a ser mejor porque te produce placer.
Y claro… La música ayida.
Vilma Sánchez
Posted at 09:06h, 11 septiembreAsí es amiga, los resultados no son concluyentes a nivel científico, pero sin duda, los niños que tocan un instrumento, bailan, están en contacto con las artes, son más felices.